Una investigación independiente sobre los escándalos de abusos sexuales que estallaron en la Liga Nacional de Fútbol Femenino la temporada pasada encontró que el abuso emocional y la mala conducta sexual eran sistémicos en el deporte, afectando a múltiples equipos, entrenadores y jugadores, según un informe publicado el lunes.
“El abuso en la NWSL tiene sus raíces en una cultura más profunda en el fútbol femenino, empezando por las ligas juveniles, que normaliza el abuso verbal de los entrenadores y difumina los límites entre éstos y las jugadoras”, escribió la ex fiscal general en funciones Sally Q. Yates en su informe sobre la investigación.
La Federación de Fútbol Femenino de los Estados Unidos (U.S. Soccer) fue la que le encargó la investigación a Yates y al bufete de abogados King & Spaulding, después de que las ex jugadoras de la NWSL Sinead Farrelly y Mana Shim presentaran acusaciones de acoso y coacción sexual que se remontaban a una década atrás, y que implicaban al ex entrenador Paul Riley. Su relato fue publicado por The Athletic en septiembre de 2021.
Riley, que negó las acusaciones, fue despedido rápidamente como entrenador del Courage de Carolina del Norte. Acto seguido, la comisionada de la NWSL, Lisa Baird, dimitió. Pero estaba claro que los problemas eran generalizados. Cinco de los 10 entrenadores principales de la NWSL de la temporada pasada fueron despedidos o renunciaron en medio de acusaciones de mala conducta.
“El abuso verbal y emocional que describen las jugadoras en la NWSL no es simplemente un entrenamiento “duro”. Y las jugadoras afectadas no son unas cobardes. Están entre las mejores atletas del mundo”, escribió Yates.
Testimonios de abusos sexuales y otros delitos relacionados
Los investigadores entrevistaron a más de 200 personas. Unas dos docenas de entidades y personas proporcionaron documentos. U.S. Soccer también ofreció pruebas y la empresa revisó 89.000 que se consideraron relevantes. La presidenta de U.S. Soccer, Cindy Parlow Cone, calificó los hallazgos de “desgarradores y profundamente preocupantes”.
“El abuso descrito es inexcusable y no tiene lugar en ningún campo de juego, en ninguna instalación de entrenamiento o lugar de trabajo”, dijo en un comunicado. “Como organismo rector nacional de nuestro deporte, U.S. Soccer está plenamente comprometido a hacer todo lo que esté en su mano para garantizar que todos los jugadores -en todos los niveles- tengan un lugar seguro y respetuoso para aprender, crecer y competir”, añadió.
El informe hizo numerosas recomendaciones para priorizar la salud y la seguridad de las jugadoras. Entre ellas se encuentra el requisito de que los equipos comuniquen con exactitud la mala conducta de los entrenadores a la liga y a la federación de fútbol para garantizar que no se permita a los técnicos cambiar de equipo. La investigación se centró en tres ex orientadores: Riley, Christy Holly del Racing Louisville y Rory Dames del Chicago Red Stars.
Erin Simon: Víctima de abusos
Se relató un encuentro en abril de 2021 entre Holly y una jugadora, Erin Simon, que ahora juega en Europa. Holly la invitó a ver un video del partido con él y supuestamente le dijo que por cada pase que estropeara, él iba a tocarla. Simon les reveló a los investigadores que Holly “le metió las manos por los pantalones y por la camiseta”.
Simon, ahora en el Leicester City, dijo que demasiados deportistas sufren en silencio porque temen no ser escuchados. “Lo sé porque así es como me sentí”, dijo la atleta de 28 años en un comunicado. “A lo largo de muchos días difíciles, sólo mi fe me sostuvo y me hizo seguir adelante. Quiero hacer todo lo que esté en mi mano para garantizar que ningún otro jugador tenga que experimentar lo que yo viví. Este informe permite que nuestras voces sean finalmente escuchadas y es el primer paso para lograr el lugar de trabajo respetuoso que todos merecemos”, remarcó.
Holly fue despedida con causa, pero el Racing de Louisville no quiso decir públicamente el motivo. El informe de Yates señaló que Racing no proporcionó a los investigadores detalles sobre el empleo de Holly, citando las cláusulas de no divulgación y no desprestigio mutuo.
Farrelly dijo que el acoso que sufrió comenzó en 2011 cuando era jugadora del Philadelphia Independence de la liga de fútbol profesional femenino. Riley era su entrenador. Le narró a The Athletic que el abuso por parte de Riley continuó cuando estaba con las Portland Thorns en 2014 y 2015. Shim, una ex jugadora de las Thorns, también dijo que experimentó acoso. Ninguna de las dos mujeres juega ahora en la NWSL.
Riley en el foco de las investigaciones
Los Thorns dijeron que investigaron a Riley en 2015 mientras estaba en el equipo e informaron de los hallazgos a la liga. No renovaron su contrato, pero no hicieron públicas las razones. El informe dice que los Thorns no fueron abiertos con cierta información, e intentaron evitar que los investigadores utilizaran la documentación del equipo de 2015.
“Los Portland Thorns interfirieron con nuestro acceso a testigos relevantes y plantearon argumentos legales engañosos en un intento de impedir nuestro uso de documentos relevantes”, escribió Yates. Riley pasó a entrenar al Western New York Flash, que posteriormente se trasladó a Carolina del Norte y cambió de nombre.
Cuando estalló el escándalo el año pasado, la ex delantera de las Thorns, Alex Morgan, publicó en las redes sociales: “La liga fue informada de estas acusaciones en múltiples ocasiones y se negó en múltiples ocasiones a investigar las acusaciones. La liga debe aceptar la responsabilidad de un proceso que no protegió a sus propias jugadoras de este abuso”.
Morgan también dijo que Shim y Farrelly le pidieron a la NWSL a principios del año pasado una nueva investigación sobre el comportamiento de Riley, pero fueron rechazados. U.S. Soccer dijo que su junta directiva y un equipo de liderazgo comenzarían inmediatamente a implementar las recomendaciones del informe.
“U.S. Soccer y toda la comunidad futbolística tienen que mejorar, y tengo fe en que podemos utilizar este informe y sus recomendaciones como un punto de inflexión crítico para todas las organizaciones encargadas de garantizar la seguridad de los jugadores”, dijo Parlow Cone. “Tenemos un trabajo importante que hacer, y estamos comprometidos a hacer ese trabajo y a liderar el cambio en toda la comunidad del fútbol”, concluyó la entidad.
Con información de AP/Infobae
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