Contra todo pronóstico, las elecciones presidenciales brasileñas arrojaron un resultado más cerrado que el esperado. Con una altísima participación, 79.05 %, casi el cien por cierto escrutado, a pocas horas de cerradas las mesas, el TSE anunció que el opositor Lula da Silva había obtenido el 48.43 % de los votos válidos emitidos contra 43.20 % del presidente en ejercicio, Jair Bolsonaro.
Poco más de seis millones de votos, que son muchos en cualquier país del mundo, separaron al candidato del PT de su rival del Partido Liberal pero insuficientes para rebasar la barrera de la mitad más uno de los votos que establece la Constitución brasileña para que un presidente sea investido. Le faltaron a Lula cerca de un millón ochocientos mil votos que ahora debe buscar en las próximas cuatro semanas.
En la segunda vuelta, un voto de diferencia bastará para definir el triunfador de esta contienda tan importante para el pueblo brasileño pero también para los venezolanos.
Bolsonaro junto a Duque y los otros ya exmandatarios del extinto grupo “de Lima” hicieron causa común con el ahora casi procesado Donald Trump para cercar a Venezuela y colapsar su economía en la convicción que tal provocaría un cambio de gobierno. No cambió, pero la suma del cerco con un modelo fracasado arruinó a la gran mayoría de los venezolanos y entre tantas consecuencias motivó uno de los mayores éxodos de la historia reciente latinoamericana.
Qué en palabras de Lula solo se viva una prórroga y que el 30 de octubre se convertirá en Presidente? Es muy probable que sea así pero no es serio asegurarlo.
Que Bolsonaro dará la sorpresa y se reelegirá? No es fácil pero pudiera pasar.
Por cierto, una mujer Simone Tebet, que obtuvo 4.10 % de apoyo pudiera ser el fiel que incline la balanza. Veremos en las próximas horas por quien se decanta.
Que hay voluntad de cambio en Brasil? Si que la hay y el propio Bolsonaro lo reconoció este domingo.
Alguna vez entrevistado, un Presidente mexicano respondió a la pregunta de un periodista de cuánto influía la vecindad con los Estados Unidos: “Es cómo dormir al lado de un elefante que hasta cuando bosteza hay que tener cuidado”.
El elefante de Latinoamérica es Brasil y en lo que se refiere a Venezuela nada conviene más en estos tiempos de reinserción en la comunidad internacional que el triunfo del expresidente por lo que por la mejor suerte de nuestros connacionales voy a la Lula en la segunda vuelta.
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