Ricardo Alberto y Luis Enrique Martinelli Linares, hijos del expresidente de Panamá Ricardo Martinelli (2009-2014), fueron condenados este viernes en una corte federal en Nueva York a tres años de cárcel en firme y dos en libertad vigilada, además de pagar 250.000 dólares de multa cada uno.
Ambos, que ya se habían declarado culpables del blanqueo de 28 millones de dólares y de haber llevado a cabo sobornos en favor de la firma brasileña Odebrecht, hablaron en inglés, pidieron perdón a sus familias «por hacerlas sufrir», al pueblo panameño y al Gobierno de Estados Unidos y afirmaron haberse equivocado ante el juez Raymond Dearie.
Los hermanos Martinelli Linares acudieron a la última vista vestidos con el uniforme carcelario (camisa y pantalón caquis) y calzado deportivo, y al escuchar la sentencia reaccionaron con serenidad, aunque previamente habían mostrado cierta emoción al hablar de sus familiares.
En los momentos previos a la lectura de la sentencia, el abogado de Luis Enrique, James Mac Govern, declaró que los dos hermanos habían actuado «por órdenes del padre» y reconoció ante el magistrado que no actuaron bien aunque dijo en su descargo que habían cooperado «en cierta forma».
El mismo Mac Govern dijo que el padre era «una figura excesivamente dominante» y que ellos eran «dos niños asustados» que hacían lo que él ordenaba sin cuestionarlo.
El juez va a computar como tiempo de sentencia el tiempo que ambos han estado presos desde su detención en Guatemala y su posterior extradición a Estados Unidos a fines de 2021, con lo que solo les queda pasar en prisión unos 13 meses.
Panamá: Sentencia en Florida
Observadores en la sala adelantaron que los hermanos podrían pedir pasar el resto de su sentencia en un penal de Florida, para tener así más fácil el contacto con sus familiares.
En cualquier caso, es una cantidad de tiempo mucho menor que la que solicitaba la Fiscalía, que había pedido para ellos entre 9 y 11 años, en consideración a que su supuesta colaboración con la Justicia quedaba en entredicho por su huida en junio de 2020 y que esa colaboración no se había producido «de buena fe», según dijeron en un escrito entregado el jueves.
Y es que en junio de 2020, cuando la Fiscalía y los abogados de los Martinelli Linares estaban en la fase final de alcanzar un acuerdo de culpabilidad, ambos huyeron de Estados Unidos con la intención de regresar a Panamá, pero finalmente fueron capturados en Guatemala.
La vista se prolongó durante una hora y media, pues los hermanos Martinelli entraron en la sala al filo de las 4:00 de la tarde, pero la sesión se prolongó porque sus abogados hicieron uso de la palabra durante largos alegatos donde insistieron en que sus defendidos se habían equivocado.
Juez los calificó de «arrogantes»
El juez Dearie escuchó pacientemente a los abogados y dijo que los dos hijos del expresidente habían mostrado -no hoy, sino durante el tiempo en que delinquieron- una actitud que calificó de «arrogante».
Dentro del acuerdo por el que se declararon culpables, los hermanos Martinelli reconocieron haber participado «en pagos de sobornos hechos por y bajo la dirección de Odebrecht a un funcionario de alto rango en ese entonces del Gobierno de Panamá, que era un pariente cercano de los acusados».
En total, el Gobierno de Estados Unidos, a través de la Fiscalía, cifra la cantidad pagada en sobornos en 28 millones de dólares y, en virtud del acuerdo de culpabilidad, tendrán que pagar una multa de 19 millones de dólares al Gobierno estadounidense, en una cantidad separada de los 250.000 dólares impuestos hoy por el juez.
La compañía Odebrecht fue condenada en 2017 en un tribunal de Nueva York por el pago de 788 millones de dólares en sobornos en 12 países de Latinoamérica y África.
Los casos por corrupción protagonizados por Odebrecht han supuesto grandes escándalos y la apertura de casos judiciales en Brasil, Perú, Panamá, Ecuador, Argentina, República Dominicana y Colombia, como mínimo.
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