Unos 10.000 fieles acogieron al papa Francisco en el Coliseo de Roma, donde preside el Viacrucis de Viernes Santo, después de dos años en el que este rito, uno de los más seguidos de la Semana Santa, fuera suspendido por la pandemia.
En 2020 y 2021 el Viacrucis fue celebrado en una plaza de San Pedro desierta a causa de las restricciones por el coronavirus.
Este año Francisco volvió al famoso anfiteatro -, símbolo de la persecución de los primeros cristianos, para presidir el Viacrucis, un rito que se remonta al siglo XVIII pero que, tras caer en desuso, fue retomado en 1959 por el papa Juan XXIII.
A los pies del monumento, miles de fieles con velas -10.000 según la Santa Sede, que cita como fuente a la Jefatura de Policía romana- asistieron al recorrido de la Cruz, conmemorando el martirio y muerte de Jesús.
Francisco, como es tradición, asistió a la ceremonia en silencio en un promontorio de la colina del Palatino, donde se levanta la basílica del emperador Majencio, en los Foros Imperiales.
El Viacrucis se desarrollará hasta casi la medianoche de hoy, mientras diversos grupos de familias se pasan la cruz hasta llegar al papa, que al final está previsto que pronuncie una oración.
Este año transcurre con la guerra en Ucrania como telón de fondo, una cuestión que preocupa sobremanera al pontífice.
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