Hoy se cumplen 55 años del fallecimiento del fallecimiento de la primera beata venezolana, Madre María de San José, en Maracay, estado Aragua, el 2 de abril de 1967.
A la edad de 92 años, Laura Evangelista Alvarado Cardozo, conocida como la Madre María de San José, partía al encuentro de nuestro Señor, como consecuencia de una neumonía, al momento estuvo acompañada por las hermanas de su congregación de las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús y rodeada por el amor de una comunidad fervorosa, a la que había impactado con su labor en el campo de la salud y la educación, que trascendió las paredes del recinto religioso.
Como se recordará el 7 de mayo de 1995, el papa Juan Pablo II, la proclamó beata y desde ese momento todo el pueblo de Venezuela siente por ella un infinito amor.
Madre María de San José, un cuerpo incorrupto
Su cuerpo reposa en un ataúd de cristal, en un santuario, ubicado en la calle López Aveledo entre la avenida Bolívar y Santos Michelena, en Maracay, el cual fue construido por el entonces gobernador de Aragua, Carlos Tablante.
El lugar funge como sitio de veneración de Laura Evangelista Alvarado Cardozo, una monja católica nacida en Choroní el 25 de abril de 1875. Conocida como Madre María de San José se le declaró venerable en marzo de 1992 y Beata en marzo de 1994.
El cuerpo de Laura Evangelista se trasladó al Santuario el 17 de septiembre de 1994 de la Casa Hogar donde vivió hasta el día de su muerte. Allí reposa y se mantiene en un sarcófago de cristal y con apenas un aire acondicionado pequeño para evitar su descomposición.
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