La crisis de agua potable en Maturín se convierte en una emergencia, solo comparable a la situación ocurrida en el año 2012, cuando se produjo un derrame de petróleo en el río Guarapiche y gran parte del municipio se quedó sin el recurso hídrico tras la paralización de la planta del Bajo Guarapiche». Así lo indicó Ángel Aristimuño, dirigente regional del partido Un Nuevo Tiempo (UNT) Monagas.
Explicó que «en aquel momento se activaron cisternas para mitigar la situación que se vivía en las comunidades, pero hoy vemos cómo la indolencia se impone y solo con 13 camiones pretenden distribuir agua en los 152 kilómetros cuadrados que conforman el municipio».
Aristimuño asegura que se han implementado políticas erradas al punto de «quitar el chorrito que apenas llegaba a algunas comunidades de la ciudad».
El también excandidato a la Alcaldía de Maturín por la Unidad Democrática destacó que «el plan de administración de agua no dio resultados positivos».
Manifestó que «no existe un plan de contingencia con cisternas, ni revisión de pozos paralizados en las más de 250 comunidades que representan el 80 % del municipio», dijo.
En este sentido, aseguró que «el tema del agua no es político, todo lo contrario, se trata de humanidad, porque están violando de forma sistemática los derechos humanos de los ciudadanos que hasta deben hacer sus quehaceres del hogar en cualquier calle o avenida donde exista una toma improvisada».
Aristimuño agregó sentirse dispuesto a orientarlos en cuanto al tema del agua y los trabajos a realizar para dar respuestas a las comunidades, «lo primero que se debe hacer es un diagnóstico profundo y segmentar el trabajo en un plan de contingencia con un equipo de técnicos que revisen los pozos, que desde hace mucho tiempo están paralizados, para luego avanzar en la segunda fase de reestructuración y atención».
Explicó que para poner en funcionamiento un plan de contingencia o distribución se debe contar con una flota mínima de 80 unidades cisternas para abarcar todo el municipio Maturín.
Añadió seguir trabajando junto a las estructuras y líderes sociales para aportar su grano de arena ante la crisis del agua en las comunidades, «aunque no es nuestra competencia, porque no tenemos equipos ni recursos, sumamos el aporte de amigos y colaboradores para llevar jornadas de agua para los sectores que llevan hasta 20 años sin recibir el preciado líquido».
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