El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que adquirirá 500 millones de pruebas caseras de Covid-19, reforzará el personal en los hospitales y ampliará los sitios de vacunación, como parte de la estrategia de su Gobierno para contener el impacto de la variante ómicron.
En un discurso al país cuatro días antes de la Navidad, Biden abordó algunas de las preguntas que consideró se hacen los estadounidenses a medida que avanzan los contagios con la nueva variante, pero además ante la cercanía de las fiestas.
Y aunque dijo reconocer «lo cansados, preocupados y frustrados» que están sus compatriotas, aclaró que la situación del país no es la misma de marzo de 2020, cuando la pandemia golpeó con fuerza a Estados Unidos.
Medidas adicionales
En concreto, Biden basó su discurso en las medidas que pondrá en marcha a partir de ahora para reforzar el plan de combate a la nueva variante que había anunciado semanas atrás para este invierno.
Indicó que ha instruido al secretario de Defensa, Lloyd Austin, para que prepare a unos 1.000 miembros en servicio, entre ellos médicos militares, enfermeras y paramédicos, que serán desplegados, de ser necesario, durante los meses de enero y febrero.
También se dispondrá de inmediato de personal médico federal para apoyar a los estados. De entrada, seis equipos de respuesta de emergencia conformados por más de 100 profesionales clínicos y paramédicos se desplazarán a los estados de Michigan, Indiana, Wisconsin, Arizona, New Hampshire y Vermont.
Otra de las acciones tiene que ver con la adquisición de test gratuitos. Biden confirmó que el Gobierno federal comprará 500 millones de pruebas para ser practicadas en casa, que empezarán a entregarse a partir de enero.
La compra de 500 millones de test es, según explicó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa, la más elevada hasta el momento, aunque advirtió de que hasta enero no estará disponible esta cantidad.
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