Desde la aparición del nuevo coronavirus, Covid-19 han sido muchas las mutación de este mortal virus que ha asotado al mundo entero desde diciembre de 2019. Ahora con la llegada de las vacunas que disminuye el riesgo de muerte, se suma una nueva variante que tiene preocupado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que desde ya han advertido que podría conllevar a un «mayor riego de reinfección».
Ya bautizada por la OMS con el nombre de Ómicron
Pero, ¿cómo y dónde nació la variante B.1.1.529, identificada por primera vez en Sudáfrica?
Tal y como recoge el diario italiano Corriere della Sera, en Sudáfrica se está debatiendo el origen de la variante. Se trata de un país con altos niveles de infección y con tasas de vacunación relativamente bajas (alrededor del 24% se ha vacunado por completo).
Francois Balloux, director del UCL Genetics Institute y profesor de biología computacional en el University College London, dijo en un comunicado publicado por el Media Center of Science y recogido por el rotativo italiano que es probable que la nueva variante haya evolucionado durante una infección crónica de una persona inmunodeprimida, posiblemente en un paciente con VIH o SIDA no tratado.
El altísimo número de casos de VIH ha complicado los esfuerzos de Sudáfrica para combatir la pandemia de coronavirus, ya que las personas inmunodeprimidas pueden albergar el virus por más tiempo, dijeron los científicos.
Una amalgama de mutaciones del Covid-19
La detección de esta nueva variante del coronavirus preocupa a la comunidad científica porque presenta una amalgama de más de 30 mutaciones que, si bien algunas ya se habían observado en otras variantes, como la beta, esta es la primera vez que se ven juntas.
Iñaki Comas, del Instituto de Biomedicina de Valencia (España), señala que aún es pronto para saber su verdadero impacto. “Sin alarmismo, pero debemos vigilar y ver cuál es su trayectoria y tomar las medias necesarias, en el caso de que sean necesarias”.
“Sin alarmismo, pero debemos vigilar y ver cuál es su trayectoria”
Según Comas, “es una variante que ha acumulado un número muy alto, mayor que otras veces, de mutaciones en la proteína de la espícula —la que usa el SARS-CoV-2 para entrar en la célula humana— y lleva una combinación de mutaciones que no habíamos visto antes”.
“Lo que hace saltar la voz de alarma no es tanto que de momento no sepamos lo que hace sino el potencial que podría tener, por eso se llaman variantes bajo investigación”, añade Comas.
Síntomas y consecuencias
Aunque los casos confirmados de esta variante aún son pocos, en Sudáfrica, el país con más incidencia hasta la fecha, por el momento no se identificaron diferencias en cuanto a los efectos de la enfermedad respecto a otras variantes.
“Actualmente no se han reportado síntomas inusuales derivados de la infección con la variante B.1.1.529 y, como con otras variantes, algunos individuos son asintomáticos”, indicó el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Sudáfrica (NICD, por sus siglas en inglés) en un comunicado de preguntas frecuentes.
Consecuencias
Por ahora, dado que las investigaciones están en una fase muy temprana, se desconoce qué impacto podría tener esta nueva variante en cuanto a la transmisibilidad del virus y su posible resistencia a las vacunas.
“Con base en nuestro entendimiento de las mutaciones en este linaje, la evasión parcial a la inmunidad es probable, pero es probable que las vacunas aún ofrezcan altos niveles de protección frente a la hospitalización y la muerte”, precisa el NICD.
Los científicos de Sudáfrica señalan también que es posible que la nueva variante esté detrás del rápido aumento de los casos detectado en los últimos días en el país —especialmente en la populosa provincia de Gauteng (donde se encuentran Johannesburgo y Pretoria)— y los datos apuntan a que está predominando sobre la delta.
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