El presidente de la República, Nicolás Maduro espera que un acuerdo para aliviar las sanciones abra las puertas a la inversión extranjera y cree puestos de trabajo.
«Venezuela se va a convertir en la tierra de las oportunidades», dice. «Estoy invitando a los inversores estadounidenses para que no se queden atrás».
En los últimos meses, demócratas como Gregory Meeks, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, el representante Jim McGovern y el senador Chris Murphy, han manifestado que Estados Unidos debería reconsiderar su política.
Durante una entrevista para Bloomberg Television, Maduro insiste en que no cederá si Estados Unidos sigue apuntando con una pistola proverbial a su cabeza. Cualquier exigencia de cambios en la política interna es «game over».
«Nos convertiríamos en una colonia, nos convertiríamos en un protectorado», dice. «Ningún país del mundo -ningún país, y menos Venezuela- está dispuesto a arrodillarse y traicionar su legado».
Maduro aseguró que la dolarización y otras reformas responden a una «economía de guerra». Claro que la dolarización ha sido «una válvula de escape útil» para los consumidores y las empresas, pero ésta y los demás guiños al capitalismo son temporales.
«Más temprano que tarde, el bolívar volverá a ocupar un papel fuerte y preponderante en la vida económica y comercial del país», apuntó.
Aspiramos reconstruir las relaciones con la élite gobernante en Washington
“Aspiramos reconstruir las relaciones con las élites gobernantes de Washington porque nuestras relaciones con la sociedad de Estados Unidos es buena, esperamos algún día recomponer los caminos del diálogo y del entendimiento”.
Así lo expresó el presidente de la República, Nicolás Maduro, este viernes durante una entrevista concedida al portal web bloomberg.com. Dijo que la relación con la sociedad estadounidense es buena por lo que espera reconstruir los caminos del diálogo, entendimiento y cooperación con el país norteamericano en su conjunto y en especial con las élites gobernantes de Washington.
El Jefe de Estado recalcó que el presidente Joe Biden en su primer discurso el pasado 20 de enero instó a no “demonizar” a nadie en la política.
“Pido que cese, desde el Departamento de Estado, la demonización de Venezuela, de la Revolución Bolivariana y del presidente Nicolás Maduro”, enfatizó.
El Mandatario Nacional declaró que hasta la fecha no ha habido una señal clara por parte del presidente de norteamericano de reconstruir las relaciones con Venezuela.
“No ha habido ni una señal por parte de Biden. Lo único distinto que podría escucharse en algunos voceros de la Casa Blanca y del Departamento de Estado, es que ellos están de acuerdo con un diálogo político entre venezolanos, sin intervención, para buscar cambios políticos democráticos en el país. Es lo único, pero diría que es una señal muy tímida”, dijo.
El presidente Maduro añadió que la reconstrucción de las relaciones entre ambos países es para un “ganar-ganar”, ya que ha sido demostrado con el sector financiero antes de las medidas coercitivas unilaterales impuestas por el gobierno de EE.UU.
Ya nosotros hemos demostrado que es posible ganar-ganar, lo sabe el sector financiero: los tenedores de bono, con los cuales tuvimos una relación impecable, ellos saben que es posible invertir en Venezuela y ganar-ganar mientras no haya sanciones y persecuciones, igual lo saben el sector petrolero, cultural, social y político.
«Si Venezuela no puede producir petróleo y venderlo, no puede producir y vender su oro, no puede producir y vender su bauxita, no puede producir hierro, etcétera, y no puede obtener ingresos en el mercado internacional, ¿Cómo se supone que va a pagar a los tenedores de bonos venezolanos?» dice el presidente Maduro, de 58 años, con las palmas de las manos levantadas en señal de apelación.
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