La feligresía católica monaguense inició el tiempo de cuaresma, pero con un rito distinto, debido a la imposición de las cenizas en la cabeza como protocolo de bioseguridad por el coronavirus.
A las 10:00 am. se realizó la tradicional misa en la Catedral Nuestra Señora del Carmen, al igual que en las iglesias de las distintas parroquias de Maturín y el resto de municipios de la entidad.
«Con esta misa de ceniza, iniciamos nosotros oficialmente en la liturgia el tiempo especial de la cuaresma, se trata de los 40 días de preparación para vivir los misterios de la fe, pasión, muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo, que celebramos en la Semana Santa», resaltó el párroco de la Catedral de Maturín, presbítero Samael Gamboa, quien presidió la misa.
Destacó que el hecho de imponernos las cenizas, es un reconocimiento público de que somos pecadores y que necesitamos de la conversión, en sí, manifestamos que comenzamos un camino de arrepentimiento de nuestros pecados para buscar la gracia de Dios.
Modalidad anticovid
Explicó el párroco de la Catedral de Maturín que este año por la pandemia, la imposición de las cenizas se hizo de otra manera.
«Normalmente, la imposición era en la frente con la señal de la cruz. Este año se le roció un poquito de cenizas por la cabeza a las personas para evitar el contacto físico».
En este tiempo, la iglesia invita a las prácticas cuaresmales, que tienen que ver con la oración, el ayuno debe cumplirse hoy y el viernes santo (no comer carne).
También se promueve el dar limosna, que no es lo que nos sobra, sino lo que nos brota del corazón que incluso, nos haga falta. «Este 2021 se cumplen 41 años de la campaña Compartir, donde todo lo que nosotros recojamos será para Cáritas de Venezuela y en cada una de las Diócesis, será para la compra de medicamentos en buen estado. También las personas que tengan medicinas que no estén vencidas, estas se reciben en las distintas iglesias de la localidad».
Este tiempo de cuaresma es propicio para hacer una meditación profunda de nuestras acciones, de lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer.
Pese a la pandemia, un número bien considerable de feligreses se acercó hasta la Catedral de Maturín, al menos unas 350 personas aproximadamente que es el aforo guardando el distanciamiento.
«La invitación es para que nos reconciliemos con Dios y con los hermanos. Este es un tiempo para profundizar en la oración, y la oración común que tenemos es el cese de la pandemia y los males que nos aquejan en Venezuela».
Esta tarde a las 5:00 pm. se efectuará la segunda misa y será oficiada por el Obispo de la Diócesis de Maturín, Monseñor Enrique Pérez Lavado.
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