Chile expulsó este miércoles a un grupo de 138 migrantes irregulares de nacionalidades colombiana y venezolana que se encontraban varados en la frontera norte con Bolivia, una zona que desde hace días vive una fuerte ola migratoria que ha llevado al límite a pequeñas localidades fronterizas.
«Estamos en presencia del primer vuelo que sale desde el norte y da cuenta de un proceso de expulsión, en su mayoría personas que ingresaron de forma clandestina hace menos de tres meses», aseveró el ministro del Interior Rodrigo Delgado desde la pequeña localidad de Colchane, próxima a la frontera con Bolivia.
La entrada de más de un millar de extranjeros en menos de siete días generó la semana pasada tensión en este municipio, de apenas 1.700 habitantes, que se encuentra muy próximo a la localidad boliviana de Pisiga, a 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar.
La zona entre estos dos municipios se ha convertido, pese a la crisis sanitaria de la covid-19 y las extremas condiciones climáticas (mucho calor durante el día y heladas de madrugada) en un paso de migración irregular.