Su nombre sugiere que es una clásica película de terror, pero “La Llorona”, el filme guatemalteco que esta semana fue nominado para los premios Globos de Oro, es mucho más que eso.
Se trata de un film histórico, en todos los sentidos. Por un lado, porque es la primera película en la historia de Guatemala que competirá por uno de los galardones que otorga la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood.
Pero además es un film histórico porque toma un famoso mito hispanoamericano -la leyenda de la mujer que ahogó a sus hijos y cuya alma, arrepentida y maldecida, los busca llorando por las noches- para relatar un hecho verídico: el llamado genocidio maya o guatemalteco, una de las peores atrocidades en la historia de América Latina.
Ocurrió entre 1981 y 1983, durante la guerra civil de Guatemala (que duró 36 años, desde 1960 a 1996), cuando el gobierno militar llevó a cabo una serie de masacres de campesinos mayas, acusados de colaborar con la guerrilla marxista financiada por la Unión Soviética y Cuba.
Decenas de miles de indígenas -hombres, mujeres y niños-, fueron asesinados de forma atroz y sus aldeas fueron arrasadas.
El exjefe de Estado Efraín Ríos Montt (1982-83), fue condenado por estos hechos en 2013, pero su sentencia fue anulada a los pocos días, y falleció cinco años más tarde, dejando una herida abierta en el país.